—Siento que mi papá ha estado muy extraño estos días —Jarin habló al salir del baño, mientras secaba su cabello con una toalla.

Jongsuk alzó la cabeza al escucharla. Él estaba en la cama, con su celular en manos, leyendo del lugar a donde Jungkook le dijo que irían al siguiente día.

—¿Por qué?

La castaña formó una sonrisa de lado, chasqueó su lengua mientras iba al tocador para aplicarse crema en la cara.

—Porque ha hecho muchas cosas raras en estos meses —su voz evidenciaba su confusión sobre Jimin—. Primero salió con alguien a quien había rechazado por mucho tiempo —giró sobre su hombro hacia Jongsuk—. En segunda, empezó una relación muy rápido con Taeyong y así como empezó, igual la terminó. No duraron ni dos meses, Jongsuk —se quejó—. Y está más distraído.

—Tal vez quiere hacer algo nuevo en su vida.

Jarin negó, ahora cepillaba su cabello con cuidado.

—No, él no es así —formó un puchero—. Todo fue desde que te presenté a ti formalmente como mi novio, y tú lo hiciste conmigo frente a tu papá, y después en familia.

Jongsuk torció sus labios, poniéndose de pie hasta llegar detrás de Jarin. Apoyó sus manos en su cintura.

—Si es así, puede ser porque tiene miedo de que su hija lo vaya a dejar solo, o cambiar. Él te tuvo mucho tiempo para él solo, y ahora que estamos en una relación formal, siente miedo de la seriedad o no lo sé. Súmale lo de la Universidad. Obviamente va a querer conocer personas para no sentirse solo en casa.

Besó su mejilla, haciéndola sonreír y encogerse en su lugar.

—Tienes razón. Papá y yo siempre fuimos muy apegados, es normal todo con los cambios. Gracias, cariño.

—De nada, linda —besó sus labios con un suave toque, en el cual Jarin aprovechó para brincar y abrazarlo.

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Jimin despertó en los brazos de Jungkook. Envuelto en ellos, con su nariz sobre su cuello. Podía sentir la calidez de su cuerpo en él.

Se removió un poco, para salir al baño y tomar una ducha. Sin embargo, Jungkook despertó con un bostezo, y una sonrisa enseguida que vio a Jimin a su lado.

El rizado asintió y arrugó su nariz.

—Buenos días —murmuró con su voz ronca de recién despierto.

—Buenos días —dijo Park con amabilidad—. Tengo que ir a darme una ducha para bajar a desayunar. Jarin y yo quedamos en ir a tomarlo temprano.

Jeon asintió, no quería pero tuvo que soltarlo para dejarlo ir. En cuanto Jimin salió de la cama y entró al baño, Jungkook soltó una risa mientras ponía las palmas de sus manos sobre sus ojos.

Podría acostumbrarse a todas las mañanas despertar de tal forma.

Tardó unos pocos minutos en levantarse de la cama, pero en cuanto lo hizo, recogió la ropa del piso, abrió las cortinas al igual que la puerta corrediza de la habitación. Acomodó un poco su cabello con sus manos, y sacó una muda de ropa del clóset, la cual consistía en unos shorts negros hasta la rodilla y una camiseta blanca.

Jimin salió ya vestido, acomodando un poco su cabello. Jungkook le dedicó una sonrisa enamoradiza, le gustaba verlo en cualquier aspecto y forma.

Park notó su mirada encima, sonrió negando con la cabeza agachada.

—Ya deja de verme así —aún reía.

—¿Por qué? —enarcó una ceja. Agachó su poco su cabeza, queriéndole ver el rostro a Jimin, no pudo ver mucho, pero sí un ligero sonrojo sobre sus mejillas—. ¿Te estoy sonrojando?

El menor no dijo nada, sin embargo, carraspeó su garganta. No debía hacerlo así, no debía ser tan vulnerable con Jungkook a su lado.

Dijo que sólo sexo por lo mientras, no más.

—Se me hará tarde para bajar al desayuno con mi hija, Jungkook. Anda, vete a dar un baño tú también —caminó a la cama, tomó la muda de ropa ajena, la cual, arrojó al pecho del mayor.

—¿Podríamos cambiar esta rutina que tenemos? ¿Incluir besos y abrazos fuera de la cama, al igual que los apodos?

Jimin apretó sus labios y su sonrisa se borró con tristeza. Era una linda imagen, pero al volver a Seúl, tenía que hablar con él, tenía que decirle todo lo que sintió en su momento y no dejarlo en el aire. Tenía que sentirse bien consigo mismo y con Jungkook, permitiéndose escucharlo todo hasta comprender, o hacer el intento de ello para tomar sus decisiones a futuro.

—Primero quiero hablar de todo lo que pasamos, Jungkook —su voz tornó seria.

—Podemos hablarlo ahora, te dije que estoy dispuesto a explicarte todo.

Jimin negó.

—No, no quiero que sea lo que tengas que decir, me vaya a arruinar las vacaciones. Son cosas... —divagó en su mente buscando la palabra correcta—. Son cosas delicadas para mí, Jungkook. Quiero escucharlas pero eso sólo será en Seúl, ¿sí?

Jeon asintió, entendía. También la cagó casándose con Gyuri, pues de una u otra parte traicionó su confianza. Hizo mal con todas sus decisiones que fueron tomadas por un joven inmaduro y con el corazón roto. Decisiones tempranas, contradictorias y malas.

—Bien, lo respeto.

—Gracias —una sonrisa débil salió de sus labios.